3.- LA CENICIENTA
Autor: Charles Perrault
ESCENA UNO
( Preludio Musical)
Hada.-Aquí comienza esta historia, queridos amigas, la historia de un Señor
Viudo que casó en segundas nupcias con una Señora también viuda, pero que
déjenme decirles tenía un carácter muy Agrio, además de ser muy Altiva y
Orgullosa.
Hada Chismosa.- Ésta Señora que si ahora me estuviera oyendo, ya me habría
arrancado las orejas a pellizcos, tenía dos hijas de su primer matrimonio, y
que por desgracia del cielo en todo se le parecían. ...Si las vieran.
Hada.-El Caballero del que hablábamos, que bien podemos decir era un alma de
Bien. Tenía también una hija fruto de su primer matrimonio, y aunque hasta
ahora nadie sabe cómo se llamaba, era tan dulce y bondadosa, que los viejos que
habían conocido a su madre decían que era la viva imagen de ella. (Aparece
Cenicienta, radiante de luz).
Pero entremos de lleno a la historia, porque uno de los gatones de nuestra
historia me contó que apenitas se habían acabado de ir los últimos invitados de
la boda ...
Hada Chismosa.-La Madrastra esa se puso de tan mal humor, porque dicen que no
podía soportar que las buenas cualidades de su hijastra hicieran aun más
notable el mal carácter y lo odiosas y berrinchudas que eran su par de hijas.
Madrastra.- Niñas deténganse, qué está pasando aquí, Shhhttt... A callar. Y tu
Escuincla te me largas a cambiar esos vestidos, diantre de lombricienta, ¿que
te has creído?
Hada Chismosa- Por eso rápidamente mandó a la niña que se quitara el vestido
que había lucido en la Fiesta, y nomás por moler la mandó a lavar toda la loza
(Música)
Hada.-Y cuando apenas había acabado de hacerlo dispuso que limpiara todos los
salones del castillo, arreglara todos los closets y recamaras, y desde aquel día
sin que su Padre se diera por enterado nuestra amiga tuvo que dormir en el
suelo de un cuarto donde guardaban el carbón, de ahí tomó su nombre nuestra
amiga, ¿han dormido alguna ustedes alguna vez sobre un piso lleno de polvo de
carbón?, amanece una como las hijas del Ogro ...
Hada chismosa.-Mientras que sus hermanas dormían sobre colchones de plumas, en
recámaras llenas de espejos y ventanas.
ESCENA DOS
Hada.- La pobre niña aunque no comprendía nada de lo que pasaba, lo sufría todo
con paciencia sin atreverse a quejar con su padre, tan ocupado siempre de sus
amigos y negocios. Pero un día de tantos, algo muy distinto ocurrió una mañana,
mientras ella lavaba los pisos.
Hada Chismosa.-¡Los pregoneros del Rey salieron a la calle, para invitar a
todos, a la fiesta de cumpleaños del Príncipe!.
Pregonera.- Su Majestad el Rey y su distinguida esposa los invitan a que los
acompañen esta tarde del domingo, para celebrar el cumpleaños del Príncipe, son
todos bienvenidos.
Hada Chismosa.- Y como se podrán imaginar las hermanastras estuvieron desde
aquel día como locas en los preparativos de los vestidos, peinados y adornos
que más pudieran favorecerles.
Hermana Chica.- Creo que yo me he decidido por llevar el traje de terciopelo
rojo con encaje inglés, y ésta diadema de tocado.
Hermana Grande.- Pues yo me voy a poner mi traje preferido, pero lo voy a
combinar por esta vez con el manto de oro bordado, ... y de tocado me pondré la
diadema de zafiros que tan bien me queda.
Hermana Chica.- Pero tú vas a tener que ayudarme a peinar Cenicienta, ¿verdad
que sí?, ... yo nunca puedo hacerme un peinado que me guste.
Cenicienta.- Yo creo que a ti te luce mejor el traje blanco con picos, a ti el
color de Rosa y plumas.
Hermana Grande.-Creo que tienes razón, así todo combina mejor. Oye, cuéntame
una cosa ...¿a tú también te gustaría venir al baile, no? {Se ríen}
Cenicienta.- Anden, si búrlense, bien saben que el baile del Rey no es un sitio
adecuado para alguien vestida, con tanta pobreza como yo.
Hermana Chica.- Si creo que tienes razón, la gente se moriría de risa de ver a
una Cenicienta en el baile. ja, ja ja....
Hermana Grande.- Y mira, entiende bien una cosa, a mi no quiero que me vuelvas
a decir que soy tu hermana, ¿Entendido?.
ESCENA TRES
Hada.- Pero al fin llego el día esperado y Cenicienta peinó a sus hermanas lo
mejor que pudo , ella también estaba aquel día muy sonriente y todo lo hacía
con mucho gusto. Pero cuando ellas y su Mamá se marcharon al baile, Cenicienta
las siguió con la mirada largo rato, después se le hizo un nudo grande en la
garganta y dejó escapar un torrente de lágrimas salidas de muy adentro.
Hada Chismosa.- ¡Entonces se apareció mi mamá!, y le dijo ....
Hada Mayor.- Herrrmosa niña, ¿porrrque llorrasss?.
Cenicienta.- Yo quería ...Buh...,Buh!, yo también quería ir... .(llanto).
Hada Mayor.- Déjame adivinarrlo, ¿tú querrías irr al baigle del Prríncipe, no
es verrdad ?.
Cenicienta.- Ay, si .{llora}.
Hada Mayor.- Bueno, pues pórtate bien y seca ya ésas lagrrimas , que parra eso
estoy yo aquí.
Cenicienta.- ¿¡Cómo!, es verdad lo que estoy oyendo ? (limpiándose las
lágrimas).
Hada.- Si anda no perrdamos mas tiempo, veamos mmm ...se necesitan ... una
caalabaza y dos ggratones, tu ve a buscarrlos, que yo cortaré la caalabaza del
huerrto, cuando los hayas atrrapado te esperro junto a la puerta de la
entrrada, anda apúrrate que ya empezó el baigle.
Hada chismosa.- Cenicienta se fue pensando en qué cosa serían aquellos
ggratones que tenía que encontrar, así que como lo único que encontró fueron
sus gatos que dormían junto al fogón, los llevó, por cierto uno de ellos que
luego se enseño a hablar fue el que nos contó ésta historia
( Obscuro y Canción del encantamiento).
Hada Mayor.- Y ahorra ya puedes irr al baigle. estás contenta .
Cenicienta.- Sí,sííí...., gracias Hada Madrina, que Dios te pague, todo esto
que haces por mí, Nunca voy a olvidarme de Ti, ni de ésta noche.
Hada.- No hables más que me haces llograrr, anda vete ya y no olvigdes lo que
te dije, tienes que estarr de rregreso angtes de que suegnen las dogce de la
noche, esto es muy imporrtante.
Cenicienta.- ¡No lo olvidaré, (avanzan) descuida, y ...... gracias por todo!.
ESCENA CUATRO
Hada Chismosa- Cuando Cenicienta llegó a la fiesta, ya estaban comiendo el
pastel y la velada parecía inolvidable para todos, menos para el Príncipe que
ya estaba cansado de bailar, con todas las Doncellas que habían venido, y de
recibir abrazos y apapachos de todas las gentes que iban llenando la sala, por
todo eso cuando una de sus pajes le dijo que acababa de llegar una misteriosa
princesa desconocida .....
Hada.-El se fue corriendo a la puerta para recibirla, ya ahí la ayudó a descender
de la carroza y bailaron como dos enamorados, mirándose a los ojos en silencio.
(Música) Al final toda la concurrencia se reunió alrededor de ellos para contemplar
la resplandeciente belleza de aquella Princesa desconocida.
Voces.- Qué linda es ....Qué cutis tan fino ..., ¿quién será...?.
Príncipe.- Jamás había visto unos ojos tan expresivos, ni un rostro y una
belleza tan perfecta.
Hada.- Ni tardo ni perezoso el Príncipe se dispuso de inmediato a Cortejarla
galantemente y desde ese momento sus miradas quedaron anudadas por toda la vida
...
Hada Chismosa.-Y como siempre sucede con los hombres, cuando Cupido se aparece,
el Príncipe no pudo ocuparse más en toda la noche, de nada que no fuera el
contemplar embelesado a la hermosa princesa, en algún momento detrás de un antifaz,
ella se sentó muy cerca de sus hermanastras y compartió con ellas los regalos y
obsequios que del Príncipe recibía, ellas los aceptaban, extrañadas del trato
amistoso de aquella niña misteriosa a quien no reconocían. (Suenan las
campanadas del Cuarto).
Hada Chismosa.- Y cuando sonó en el reloj el cuarto para las doce, Cenicienta
hizo una gran reverencia a los anfitriones y salió tan rápidamente como le fue
posible. Así cuando llegó a su casa el Hada ya estaba esperándola, y muy
contenta le contó todo lo ocurrido, en eso estaba cuando sus hermanas
regresaron. (Entran).
ESCENA CINCO
Hermana dos.- De lo que te perdiste, fue una noche encantadora ...
Hermana Chica.- Si hubieras venido al baile, estoy segura que tu tampoco te
hubieras aburrido, nos hicimos amigas de una hermosa Princesa, la más hermosa
que ha existido.
Cenicienta.- Hay, qué pena no haber ido, y cómo se llamaba su nueva amiga.
Hermana Grande.- Nadie lo sabe, es algo muy extraño, nadie logró reconocerla y
el Príncipe mismo al terminar la fiesta nos preguntó si era nuestra amiga y si
sabíamos en dónde vivía.
Hermana Chica.- Pero al oír nuestra respuesta se puso tan triste que su Padre ha
decidido volver a hacer mañana mismo otra fiesta, no te parece divertido.
(giro) ¡Otra Fiesta!.
Cenicienta.- ¿Otra fiesta?, ¡hay qué alegría tan grande la vuestra!,(Pausa). ¿Por
qué no olvidamos todo lo que ha pasado hasta aquí?, a mi también me gustaría
mucho conocerla, si tú me prestas tu vestido rojo, a escondidas de Mamá, yo
puedo ir al baile para conocer a la Princesa.
Hermana Grande.- ¡Yo no quiero que tu vengas con nosotros a la fiesta!, [a su
hermana] ¿y tú tampoco verdad?
Hermana Chica.- Qué insolencia, cómo te atreves a pensar que te voy a prestar
mi ropa para que te luzcas, a tí ...una Cenicienta .Ni que estuviera loca
chiquita.
ESCENA SEIS
(Obscuro y música de Romance).
Hada.- Al día siguiente las dos hermanas asistieron a la fiesta y Cenicienta
también, más hermosa que la primera vez, el Príncipe no se separó de su lado
toda la noche y con dulces palabras llenaron de sonrisas los corazones.
Hada Chismosa.-La Princesa estaba tan divertida que no sintió cómo corrió el
tiempo, por eso cuando escuchó la primer campanada de las doce (Suenan las
Doce), levantándose de golpe, echó a correr por en medio del salón como si
fuera una asustada cervatilla. El príncipe la siguió (Música de la huída), pero
vano fue su intento, (congelamiento) pues no pudo alcanzarla, Hada.- Solo
recogió al bajar la escalera, una de las zapatillas que Cenicienta había dejado
olvidada en su loca carrera, y la guardó entre sus ropas. Fue después hasta la
entrada del palacio y preguntó a los guardias si habían visto pasar a la Princesa,
ellos extrañados le confesaron que sólo habían visto salir a una pordiosera.
Cenicienta regreso a casa caminando abrazando entre su pecho una pequeña
zapatilla de oro, el par de aquella que el Príncipe había recogido en la
escalera.
ESCENA SIETE
(En la casa de la Madrastra)
Cenicienta,. [a sus hermanas] Pero cuéntame ya, ¿estuvo la Princesa desconocida
en la fiesta.?.
Hermana Chica.- Sí pero se comportó de un modo aún más extraño, de repente se
salió corriendo de la fiesta sin despedirse de nadie.
Hermana Grande.- ¡Hay, pues yo ya empecé a perder mis ilusiones de acercarme al
Príncipe, por lo que se ve, está perdidamente enamorado de esa Princesa
Misteriosa, ahhhh.!
ESCENA OCHO
Hada chismosa.- Y así era en efecto, pues a los pocos días, el Rey hizo publicar
a son de las trompetas que casaría a su hijo, con la Señorita que pudiera
calzarse la zapatilla de Oro, que el Príncipe había recogido en la Fiesta. (Música
del Tema).
Hada.-Fue así como un paje recorrió todo el reino para buscar casa por casa a todas
las doncellas de la corte, hasta que llegó por fin a casa de Cenicienta, que risueña
y segura esperó a que sus hermanas terminaran de hacer todos los esfuerzos
posibles por intentar calzarse la pequeña zapatilla dorada.
(Cuando ya se va a ir el Paje, ella sale de detrás de la cortina)
Cenicienta.- Ahora puedo probar yo a ver si me queda bien.
Hermana Chica.- ¡No, tú ni siquiera fuiste a la fiesta!, Vete a la cocina si no
quieres que le llame a Mamá.
Hermana Grande.- ¡Que te largues ...!
Paje.- (Maravillada) Me van a perdonar Señoritas, pero las ordenes del Rey son
que todas las mujeres del reino tienen el mismo derecho a probarse la zapatilla
sin distinción de edad, ni de condición [le ofrece la zapatilla].
Cenicienta.- Gracias, a ver si me queda bien ...
Hermana Dos.- Esta naca, ella jura que le va a quedar ...
N.- Y así ante la mirada sorprendida del Paje y las hermanas, Cenicienta se
calzó la zapatilla como si estuviera hecha a su medida y mayor fue su asombro
cuando ella sacó de entre sus ropas la otra zapatilla y también se la puso.
Hermana Chica.- (Llora) ¡Sí eras tú...!, cómo pude haber olvidado el brillo de
tus ojos, perdona todo lo que te hemos hecho sufrir. [Ambas lloran y se
arrodillan].
Cenicienta.- No, no hay nada que perdonar, pero quiero que ustedes me quieran
como yo las quiero, sin envidias, ni dobleces, ya ...ya, no lloren que desde
ahora todos vamos a ser muy felices, ya lo verán.
Hada Chismosa.- Y dice mi amigo el gatón que la historia aquí no termina, pues
las pajes del Rey la condujeron a donde el Príncipe ansioso la esperaba.
Hada.-El al verla, le pareció más bella que nunca, y a los pocos días se
celebró la boda, Cenicienta siguió siendo tan buena como hermosa y después de
una inolvidable luna de miel, trajo a sus hermanas a vivir con ella al palacio.
Hada Chismosa.-Y colorín colorado éste cuento del ilustre Maestro Carlos
Perrault se ha acabado, y la que no se pare se queda sentada. Y la que se
durmió se quedará acostada.
FIN
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