viernes, 26 de febrero de 2021

Canción de Navidad

H.- CANCIÓN DE NAVIDAD

DE OSCAR WILDE

 

Acto Único

Escena Primera

(Oficina de Ego)

Altruista.- Muy buenos días le dé Dios …

Ego.- ¿Qué se le orece?

Altruista.- (tímida) Le robaré apenas un minuto de su tiempo, para hablarle el motivo de mi visita

Ego.- ¡al grano! Como digo yo. ¡Que el tiempo es oro y yo estoy muy ocupado!

Altruista.- Señor, como usted sabe estamos por celebrar la Navidad y sus vecinos, nos hemos organizado para ayudar un poco a los desvalidos.

Ego.- ¡Óigame no!, yo no voy a ayudar en nada a ésos flojos, muertos de hambre.

Altruista Joven.- Pero, tenga en cuenta que hay muchos sin trabajo y que a raíz de la depresión hay muchas personas en condiciones deplorables.

Altruista.- y al menos en Navidad, queremos compartir con ellos, el pan y la sal.

Ego.- Humm, a ver dígame, ¿qué ya no hay cárceles?

Altruista joven.- Huy si, repletas de jóvenes ...

Altruista.- … ¿ Con cuánto quiere  que lo anote.?

Ego.- Con nada.

Altruista.- Ah si,  lo entiendo. ¿Usted quiere ser donador anónimo?

Ego.- Lo que no ha entendido, es que quiero que me dejen solo, y salgan inmediatamente, ¿Qué acaso no hay ya orfanatos y asilos?

Altruista joven.- Por suerte si, y atestados de niños y ancianos maltratados por sus familias, que fueron abandonados a sus suerte, sin esperanza alguna.

Ego.- Pues yo pago puntualmente mis impuestos, busquen a las autoridades para que se encarguen de esos parias, la verdad es que nada más afean la ciudad.

Altruista.- Muchos de ellos prefiere morir a vivir encerrados, y muchos otros no cubren los requisitos para ingresar.

Ego.- Pues si se quieren morir, ¡ayudemos a que se mueran!. Así bajaría la sobrepoblación, y habría más recursos

Altruista.- Pero si todos cooperamos, podremos llevarles algo de ayuda.

Ego.- ¡Ése no es mi negocio!, ya bastantes problemas tengo, para andar resolviendo problemas de otros. Adiós.

Altruistas.- Bueno, .. usted discupe, ¡que pase Feliz Navidad!

 

Escena segunda

Sobrino.- Tío, ya terminé de acomodar lo que me dijiste, ¿ya puedo irme?

Ego.- Pero si apenas van a dar las ocho, no, prende mejor la chimenea.

Sobrino.- Ya estaba lista sólo para prenderla, me tengo que ir ya, necesito ir a comprar unas cosas que me encargó mi Mamá para la cena. ¡Feliz Navidad!, que Dios te bendiga.

Ego.- Bah, déjate de pendejadas conmigo.

Sobrino.- No, ¿no estas hablando en serio, verdad?

Ego.- Si, feliz navidá …, ¿Qué razones tienes tú y tu familia para festejar?, si no pasan de ser unos miserables.

Sobrino.- No quiero ofenderte, pero ¿que razones tienes tu para estar triste?, si tus negocios marchan muy bien.

Ego.-  Insolente, malagradecido; ni porque le aplaco el hambre a toda tu raza, me respetas. Lárgate ya.

Sobrino, Perdóname por favor, no quise molestarte. Siempre he considerado ésta época como un tiempo donde renace la bondad, la amistad, la esperanza …, pero no como extraños, sino compañeros de un mismo viaje.

Ego.- Pues entonces deja celebrarla a mi manera

Sobrino.- Pero nunca quieres festejarla.

Ego.- Esa es mi decisión, y si sigues hablando, vete despidiendo e tu empleo.

Sobrino.- No te enojes, tengo que irme. Ha se me olvidaba, te mandó decir mi Papá, que si no vas hoy, te esperamos mañana en el recalentado.

 

Escena Tercera

(Ego se prepara para dormir y se escuchan cadenas que se arrastran)

Ego.- Alto, quién anda allí. (aparece un espectro)

Avaro.- Has de disculpar, pero yo mismo desconozco el por qué fui enviado a ti. Y te tengo un mensaje, así que abre muy bien  los oídos.

Ego.- Quién eres tu, y qué buscas?

Avaro.- Mi nombre poco importa, mientras viví mi corazón era negro y despreciable, así que nunca compartí mi fortuna y mis bienes, la vida me colmó de todo y atesoré lo que a muchos les hacía falta.

Ego.- ¿Y Qué tiene eso que ver conmigo?, Terrible aparición. ¡Por qué me atormentas?

Avaro.- Yo mismo desconozco por que fui enviado a ti, ya lo dije, y no soy reloj de repetición. Así que abre bien tus oídos y tu corazón, y escucha.

Ego.- Santo Dios, ¡porqué me pasan éstas cosas a mi?

Avaro.- mirate en mi, como en un espejo. Pues desde que morí, he sido condenado a andar errante por el mundo, mirando lo que ya no puedo compartir, particularmente aquellos momentos de felicidad que tan absurdamente me negué, mientras vivía.

Ego.- Y ésas pesadas cadenas que arrastras, ¿qué significan?

Avaro.- No es un castigo, nadie me las impuso. Yo mismo las fui construyendo, eslabón por eslabón. En mi vida me las ceñí por voluntad propia y siempre han estado conmigo. ¡Te parece un modelo pesado?. Mírate, el peso y longitud de las que tu llevas, hace siete años, eran igual a las mías, y minuto a minuto, has continuado forjándolas.

Ego.- Por  Dios, te lo ruego: dime algo que me sirva de consuelo.

Avaro.- ¿Consuelo?, no tengo ninguna para darte. Sólo los Ángeles se encargan de distribuirla. Consuelo y descanso necesito yo, pero  mi jornada no termina nunca, y no puedo detenerme, ni descansar.

Ego.- Ayúdame, dime algo, no me atormentes más.

Avaro.- Sólo sé que tu tiempo se acaba, y la vida es a veces demasiado corta, para todo el bien que somos capaces de dar y multiplicar. Y recuerda que con lamentos no se recuperan las oportunidades perdidas..

Ego.- Es que mis negocios y obligaciones, no me dejan tiempo para nada.

Avaro.- nunca tendrás  tiempo, si no te lo das. ¿hablas de negocios?, si mi negocio hubiera sido el bien común, ¡cuántos bienes espirituales tendría en el cielo!.Pero, nunca salí de mis estrechos límites y mi mezquindad, y todo es ya irremediable. ¡Por que  no pude ver el rostro de Cristo, en los de mis prójimos y vecinos menesterosos?. Es tarde, mi tiempo se acaba, y por gracia del cielo, he sido enviado hoy a ti, para que reflexiones y escapes del destino que hasta hoy te has labrado.

Ego.- ¡Es que no sé qué puedo hacer?

Avaro.- Escucha, medita y aprende, porque en los próximos días serás visitado por tres espíritus, al dar las campanadas de las doce.

Ego.- No me jodas, ¿y es ésa la oportunidad de la que me hablabas?, pues no la quiero. ¡renuncio!

Avaro.- Pues allá tu, si no los recibes. Caminarás como yo en la obscuridad.

Ego.- Bah, ¡y que no será posible recibirlos de una vez a los tres, para acabar con esto.

Avaro.- No me hagas reír, adiós, el tiempo se acabó. Y por tu bien, no olvides nada de lo que te he dicho.

 

Escena Cuarta

(suenan las doce y aparece el espíritu del Pasado)

Ego.- ¿Eres tu el espíritu que ha de venir?, habla ya, que estoy lleno de miedo.

Pasado.-  Cierra el pico, y abrígate que nos vamos. (salen)

Ego.- Mira ése niño, con su ropa raída y su cara de hambre, busquemos un chocolate para dárselo.

Pasado.- Con un gesto generoso inicias tu nuevo camino, pero hoy sólo eres espíritu y no puede verte. Mira, aquí llega tu hermana.

Hermana.- Hermano, ¡qué alegría verte, anda empaca tus cosas que vivirás con nosotros para siempre!

Ego.- ¿A casa, para siempre?

Herman.- Sí, yno no he dejado de llorar desde que te viniste, y mi Papá se  hartó, y ésta misma mañana a alquilado un taxi para que Mamá y yo vengamos por ti, para llevarte.

Ego.- Pero Paola, estás ya hecha toda una mujer, mírate. (ella se desaparece)

 Pasado.- Muy linda tu hermana, y qué corazón tan entero.

Ego.- Sí, a todos nos contagiaba su alegría y gusto por la vida.

Pasado.- Murió joven, en un parto, ¿o es así?

Ego.- Sí, cuando nació mi sobrino, él me ayuda a atender la tienda, es su misma imagen, hasta en los gestos.

Pasado.-  Calla, que aquí llega tu ex, tu esposa en el día en que se divorciaron.

Esposa.- Espera, y no me rehúyas más, enfréntate a los hechos: “ya no me quieres, lo acepto, pues ya no hay cabida en tu corazón para nada y para nadie más. El espíritu de tu ídolo, te tiene dominado”

Ego.- ¿De qué ídolo hablas por Dios, explícate.

Esposa.- De tu dios … el dinero. Cada una de tus escasas aspiraciones las he visto expirar una a una sin remedio, y tu pasión por las ganancias te tiene bien sorbido el seso. Qué bueno que Dios no nos dio ningún hijo, así al menos evitamos traerlo a vivir en éste infierno.

Ego.- Tú no me comprendes. La vida me ha dado retos, y no me iba a quedar idealizando mi mundo sin ambiciones; tu me percibes distinto, pero yo soy el mismo de siempre, siempre haciendo lo que mejor me conviene, ése soy yo el de siempre. Padre e hijo de mi esfuerzo  razón e inteligencia.

Esposa.- i tienes razó, eres el mismo desde hace ya algunos años, pero te olvidas de los días primeros, éramos pobres y con migajas nos saciábamos, alimentando la felicidad radiante de aquellos días. No recuerdas cómo nos bebíamos la vida, ¡locos de amor!, alcanzamos alboradas magníficas, maquillados de polvo, polen y besos.

Ego.- Si, fue hermoso, pero entiéndelo, son etapas, que se acaban y ya, tienes que crecer, no vas a seguir siendo joven eternamente ….

Esposa.- Es cierto la juventud se fue, pero aquello que prometía ser una vida llena de felicidad,  es ahora un silencio lleno de amargura, trunco desde la raíz.Entonces formábamos un solo corazón capaz de resistir todas las pruebas, y hoy somos dos, muy distintos: además nos hemos llenado la vida de reproches y rencor, y sólo quedan cenizas humeantes del amor que algún día nos unió. Poe eso por tu bien y el mío, estoy decidida a devolverte tu libertad.

Ego.- Nuestro contrato es ya antiguo, y es verdad, no quedan mas que escombros, pero yo no te he pedido nunca mi libertad.

Esposa.- No con palabras si, pero si con tu naturaleza y tu espíritu trastocados por la soberbia, atrapado en ése vértigo con que conduces tu vida,  atropellando a todos los que a ti se acercan. Pero desde hoy no habrá retorno, no serás más el amor que fuiste ne mi vida, sé que pronto me olvidarás y deseo que seas feliz, y dichoso de haber salido ya de éste sueño improductivo, y libre al fin. Adiós que Dios te llene de bendiciones. (se desvanece)

Ego.- (al Pasado recrimina) ¿Por qué te gozas atormentándome?, ¡Ya no quiero ver más, llévame a casa! (recostado llora y se queda dormido, entonces suenan las campanas y aparece:)

Navidad joven.- Hola, qué rico duermes …

Ego.- ¡Qué, ya pasaron tantas horas!,  no puede ser, ¿será posible que hayan pasado tantas horas sin sentirlo?

Navidad Joven.- ¡No me estabas esperando?, alégrate que mi visita servirá para purificarte.

 Ego.- ¿Eres tu el espíritu de la Navidad presente?, humm, no te esperaba tan joven y radiante.

Navidad joven.- Gracias, al menos me recibes con menos recelo con el que has recibido a mis hermanos, ¿Estas listo?, que nos vamos.

Ego.- Es verdad, muchos y graves son los errores que he cometido, pero tengo la certeza que éstas experiencias, aunque dolorosas, comienzan a rendir frutos …

Navidad Joven.- Pues vámonos ya , y espero que mi  visita te colme de  muchas cosas buenas.

 

Escena Quinta

(Aparece la familia del Sobrino , festejando la Navidad)

Mamá.- Hijo, ¿por qué tardaste tanto? Te estábamos esperando, pon las cosas en la mesa. ¡Y tu tío Scrooge?, no se te habrá olvidado invitarlo, ¿verdad?, ¿le dijiste que lo esperábamos?

Sobrino.- Hum, mi Tío, siempre fiel a sí mismo, con su cara llena de rabia e impaciencia, obsesionado en ser ruin,, ya perdí la ilusión de que algún día cambie.

Madre.- Estamos todos, Quiero brindar, por darle gracias a Dios de que nos sostiene, llenos de amor, salud y alegría.

Sobrino.- Y yo, que me olvidé de no juzgar, quiero brandar por mi tío Scrooge, con la esperanza de verlo reunido con nosotros, en éste día.

Abuela.- Hijo mío, ¡qué tierno!, porque convives cada día con él, aguantando su carácter huraño, esclavo de su endurecido corazón.

Madre.- Pero hoy es navidad, y podemos esperar un milagro para que él cambie.

Sobrino.-  Bien, y yo brindo por todos sin distinción.

Abuela.- Agrego que debemos tenerle cierta consideración, sus caprichos los sufre el mismo, pues éstos momentos de felicidad, no le harían ningún daño.

Sobrino.- Y yo prometo no dejar de invitarlo a cada de las fiestas.

(la escena se esfuma y la Navidad Joven  luce ahora muy decrépita)

Ego.- Son tan cortas muestras vidas, (sorprendido), ¿qué te ha pasado?

Navidad joven.- la mía es casi un suspiro,, apenas unos segundos más y ya habrá terminado.

Ego.- Un momento, ¿Qué es eso que escondes bajo la falda?, ¡unos niñas!

Navidad joven.- Si, salgan hijitas, saluden al señor, (salen dos niñas harapientas que dan escalofríos). Abrázalas.

Eo.- ¿Son tus hijas?

Navidad Joven.- No, son hijas de las miserias que anidan en el corazón del hombre. No te confíes son muy peligrosas, esta se llama Ignorancia, y la otra Necesidad, son capaces de destruir el mundo en un parpadeo.

(el quiere huir, ellas lo maniatan con movimientos desgarbados)

Ego.- Noooo.

Navidad joven- Aún no has visto nadaaa.

 

Escena Sexta

(Ego sentado frente a un Espíritu)

Ego.- ¿Estoy en la presencia del espíritu de la Navidad futura? (a señas le pide seguirlo, el da unos pasos y se detiene) Espera, te temo más que a tus hermanas, y quiero confesar que tengo el propósito de buscar ser un hombre distinto.(silencio) ¿Y qué, no vas a hablarme?, está bien, y aunque te temo,  estoy alegre, contento por tu compañía. (ella lo urge irse ya), está bien vámonos, presiento que estoy preparado para aprender más cosas. (se detienen en proscenio y observan)

Vecina 1.- No yo no me di cuenta,  hasta que mi comadre me dijo que ya estaba tieso.

 Vecina 2.- ¡Como a qué horas se murió?

Vecina 1.- Pos sabe, creen que fue ayer en la madrugada.

Vecina 2.- ¡Y de qué murió?

Vecina 2.- Sabrá Dios, Murió como vivió, como perro del mal.

Vecina 1.- ¿y quién se quedó,  con las joyas y el dinero?

Vecina 3.- La policía dice que no halló nada, puras cenizas regadas.

Vecina 4.- Pos a mi, que no me esculquen. (todas se ríen)

Vecina 2- Pos yo no sé de nadie que vaya a ir al funeral.

Vecina 1.- Si usted me acompaña, yo si voy.

Vecina 3.- Pos yo voy con ustedes, al cabo ni me encanta el chisme. Si yo de eso vivo.

Vecina 2.- Yo pensaba no ir, apenas lo conocí, la gente anda diciendo que el diablo recogió lo que era suyo.

…………

Comadre 1.- Sssst!, no hagan tanta bulla que a luego se van a levantar los vecinos y de a menos nos va a tocar.

 Comadre 2.- Uste no se llena, mire nomás todo lo que lleva en su colcha, no dejó nada bueno.

Comadre 3.- Calma comadritas, no se alebresten, silencio, que todavía quedan cosas, hay que salir pronto de aquí, ya está amaneciendo, ¿apoco vamos a mirar la paja en el ojo ajeno?

Vecina 1.- Pos no, ¿a quien le va hacer daño sacar todo éste mugrero de triques. No creo que al muerto. No, el ya ni los necesita

Vecina 3.- Era tan avaro, que no creo que le diera agua, ni al gallo de la pasión.

Vecina 2.- Si hubiera sido siquiera tantito distinto, no dudo que hasta la extremaunción hubiera alcanzado.

Comadre 2.- Miren aquí en éste envoltorio estaban los pagares hay que quemarlos. Te quedaste con las ganas, ¡mugre agiotista!

Comadre 1 .- Envuélvelos en periódico para que se quemen bien, ahi  te van los cerillos.

Vecina 3.- No cabronas, aquí en la mesa no, me van a quemar el mantel (carcajadas)

Vecina 1.- Chstt, ya se ve  luz de día, vámonos,  dense prisa

Comadre 1.- Si, que yo no me voy a detener por un tipo así, ¡las cortinas son mías! (las arranca con violencia y comienza la rebatinga)

Comadre 2.- La cja con cosas que está en la cocina es mía, no la toquen.

Comadre 1.- Lo que está en las sábana que están arriba de las camas, es mío. No se avoracen, mas discreción.

Vecina 2.- Oigan alguien sabe de qué murió, no será contagioso.

Vecina 1.- “San Jorge bendito, amarra tus animalitos, con un cordelito”

Todas .- (con sorna) AaaAmeeen! (risotadas incontrolables)

 

Ego.- ¡Basta!, llévame de aquí, no soporto más (llegan al cementerio)

Dime una cosa, lo que hemos visto ¿es lo que vá a pasar?, ¿o todavía lo puedo cambiar? (silencio) ¡dime algo, escúchame!. Es imposible que vuelva a ser el hombre que fui, ¡Pero para qué enseñas todas éstas cosas, si estoy más allá de toda esperanza?

Intercede por mi, ¡te lo ruego!. Compadécete de mis miserias, y dime que aún puedo cambiar mi destino.(cae sollozante, el espíritu lo ayuda a levantarse y lo leva al centro frente al público)

Ego. Desde hoy honraré el espíritu de las Navidades venideras, daré un nuevo cauce a mi vida, abriendo mi corazón al bien y la bondad.

Navidad Futura.- Que sea repartido en todos, el don de la Fe que alumbra, de la Esperanza, que alivia, y del Amor, que nos hace vivir.

 

T e l ó n.

 

 

No hay comentarios: